El dogo de Burdeos, también conocido como mastín de Burdeos o francés, es, literalmente, un gigante manso, este perro no se altera tan fácilmente.. Es sereno, bondadoso y apegado. Disfruta a tope de la compañía de su familia y es un acompañante obediente y pacífico. Cuenta con un umbral de tolerancia y excitación alto y no se suele alterar con el griterío de los niños. Quiere a todos los miembros de la familia, pequeños y grandes, y es feliz cuando están todos reunidos.
Aunque el poderoso dogo de Burdeos, con su enorme cabeza, pueda parecer otra cosa a primera vista, es un perro de compañía cariñoso y mimoso gracias a su carácter tranquilo y apacible. Se lleva bien con los niños y permanece siempre fiel a su familia. Si bien su gran cabeza es verdaderamente obstinada y a menudo solo obedece las órdenes después de sopesar detenidamente su sentido y utilidad, en el fondo es un perro fácil de tratar que da pocos problemas a sus humanos, siempre que reciba un adiestramiento afectuoso y consecuente.
Su carácter mimoso y sereno parece contradecir su aspecto poderoso e imponente. La ancha cabeza con profundas arrugas y su inconfundible expresión facial pegan con su cuerpo fornido y musculoso. Se mueve con confianza y pose atlética, aunque su peso imponente impida un rendimiento deportivo máximo.
Su pelaje es fácil de cuidar, lo tiene corto, liso y muy suave. Presenta una tonalidad castaña rojiza uniforme, que puede ir desde caoba hasta isabella. Solo se admiten manchas en forma de punto blanco pequeño en el pecho o en los extremos de las patas. El dogo de Burdeos presenta una máscara marrón o negra que no debe llegar a la zona del cráneo. Los ejemplares con máscara negra pueden revelar pelitos negros que sombrean levemente el cráneo, las orejas, el cuello y la parte superior de cuerpo.